Críticas y reseñas de LA VOZ HUMANA
“… el verdadero aficionado a la ópera,
debería presentarse y dejarse llevar por el espectáculo. Pues está Poulenc, y
está Cocteau, traducido y trasladado al Madrid que todos los que viven en la
ciudad conocen. Un lugar para el amor como han sido y siguen siendo las grandes
ciudades con todas sus posibilidades, todas sus opciones, todas sus
oportunidades”.
“Marta
Eguillor, la directora de escena, ha hecho una propuesta que le permite a la
soprano cantar/decir amor de una manera que se siente su pérdida. De cómo la
distancia que separa del ser amado se agranda, a la vez que su forma de cantar
y actuar hace que se pueda imaginar la voz del amado en el auricular que ella
pega a la oreja, al cuello, al corazón, al pecho. Auricular que desplaza con
elegancia por las distintas partes de su cuerpo que seguramente el amado
acarició. Una voz que no se oye pero que está presente para la protagonista y,
gracias a la soprano, también está presente para las 20 o 25 personas máximo
que caben en la pequeña habitación en la que se representa esta ópera”.
“Por eso es de agradecer la valentía de montar este espectáculo,
suficientemente conocido en Madrid (la última producción se programó en los Teatros del Canal con María
Bayo en 2014).
Y de hacerlo en formato de cámara. Formato que facilita que ocupe esta pensión
u otras plazas teatrales por mucho tiempo para ofrecer a esos verdaderos
“amateurs” del género una tarde de ópera de dimensiones humanas. Espacios
pequeños en los que se pasan las tardes esperando una llamada. Un cuarto propio
que se quiere compartir”.
ü ANTONIIO
HERNÁNDEZ NIETO (SULPONTICELLO)
“Todos los elementos se complementan de forma muy armónica, la voz de la
soprano Paula Mendoza, que expresa todo el desgarro de una mujer abandonada y
sin esperanza, el piano y el arpa que acompañan cada palabra y le dan
sentimiento y el escenario que recrea la angustia de esa llamada desesperada
que parece que se va a cortar a cada instante.
Por lo tanto, se trata de una obra a la que Marta Eguilior ha sabido dotar
de novedad en muchos aspectos, acercando la ópera al público y dándonos la
oportunidad de disfrutar de este género de una forma muy original”.
ü (RINCONFRIKI)
“Cuando accedemos al escenario, pues toda la habitación lo es, la mujer
protagonista ya está allí, desfallecida sobre un sofá, con un bote de pastillas
desparramadas a su lado. El ambiente, con el aire opacado por un humo que
podría ser el de demasiados cigarrillos, es opresivo e irreal. El protagonismo
es de la dirección de actores, porque al situarnos tan cerca de la protagonista
cada expresión, cada gesto y cada movimiento de su cuerpo cobran una presencia
extraordinaria. Marta Eguilior comunica la locura de amor, el despecho y los
celos de la mujer a través de tics, gestos recurrentes, manos que se retuercen,
y sobre todo con su caminar obsesivo alrededor de la cabina telefónica,
enredándose cada vez más en un cable de longitud infinita. Las expresiones faciales
de la protagonista, que son las que nos comunican lo que el hombre al otro lado
del hilo puede estar diciéndole, están trabajadas con gran sutilidad”.
“Con resultado teatral magnético”.
“Recomerdar esta versión de La voz
humana es arriesgado. Como experiencia teatral es interesantísima, pero como
espectáculo lírico no puede desplegarse al cien por cien en el marco de La
pensión de las pulgas”.
ü MiKEL CHAMIZO
(MUNDOCLASICO)
“La firma la joven directora Marta Eguilior y elige una
más que acertada metáfora escénica: la cabina telefónica pública. La magistral
interpretación de Paula Mendoza y la acertada sonoridad de la versión musical
–piano y arpa- ayudan a dar el tono serio pero no trágico en los primeros
minutos. El timbre de los instrumentos ayuda en los pasajes más “telefónicos”
(rings). La metáfora elegida funciona especialmente bien en la introducción de
la ópera y primeros desarrollos. Se me hizo menos “verosímil” cuando “ella”
expone sus miserias emocionales en público, en plena calle, como sugiere ese
elemento escénico habitual en nuestros parques y calles hasta los años noventa.
Ahora el móvil domina el panorama de las comunicaciones personales”.
“A medida que se acerca el fatal desenlace y aumenta el
dramatismo –estupendamente administrado por directora e intérprete- el
“elemento escénico” cabina cobra de nuevo una gran importancia y presencia en
la escena agobiante – no olvidemos que todo se representa en una habitación muy
bien ambientada en la época de estreno- y es la cabina mediante la iluminación
y la niebla formada por los efectos de humo quien nos da la dimensión trágica y
fatal del suicidio con el cable telefónico. Magistralmente resuelto”.
“Jorge Fernández Guerra lleva años diciendo que no solo
es posible una ópera actual-contemporánea en castellano, sino que es deseable y
casi imprescindible ya en un panorama escénico amplio, maduro, europeo…como
debe ser el español.
Por eso deben ser apoyados este tipo de saltos mortales
sin red. Los artistas, los creadores lo arriesgan todo a una pirueta que en
este caso ha salido muy bien, pero no seamos ingenuos, un pequeño fallo hubiera
sido “mortal”. No hay red, o sea, no hay políticas de innovación escénica en
este solar patrio”.
ü MIGUEL
ÁNGEL PÉREZ MARTÍN (DOCENOTAS)
”La voz humana” de Paulenc/Cocteau interpretada por Paula
Mendoza y dirigida por Marta Eguilior que, sorprendentemente, convierten el
exquisito espacio de la calle Huertas en una prolongación de cualquiera de los
templos del bel canto. Viajar a través de la música y la voz de esta ópera de
cámara es una experiencia muy poco habitual”.
ü ADOLFO
SIMÓN (QUE REVIENTEN LOS ARTISTAS)
“La verdad es que la directora y versionadora Marta
Eguilior ha jugado (y se la ha jugado) fuerte en esta ópera “de cámara”, tanto
porque la ha adaptado al íntimo espacio del salón más grande de La Pensión de
las Pulgas, en donde apenas caben ahora treinta personas, sacando, además, al
único personaje, “ella” del habitual salón de casa a un espacio exterior en
donde hay una cabina de teléfono. La otra apuesta es la adaptación al
castellano…”.
“Como dije un poco antes, el hecho de que Marta Eguilior
decidiera sacar al exterior al personaje no resta un ápice de intimidad a la
ópera, que está perfectamente acompañada tanto por la elegante escenografía de
Alberto Puraenvidia, como por la iluminación de José Martret, que envuelve y
realza sutilmente cada uno de los gestos y sentimientos de Paula Mendoza a
medida que se va hundiendo más y más en la depresión amorosa”.
“Es, sin dudarlo, muy valiente esta ópera, que con la
cercanía y, además, la traducción al castellano hace entendible lo que se dice,
que es algo tan “manido” como es el final de una relación amorosa desde el
punto de vista de la abandonada”.
“Esta adaptación al espacio camerístico del salón de La
Pensión de las Pulgas, que nos sumerge en ese espacio, exterior pero
claustrofóbico, del subconsciente de la protagonista en una envolvente niebla y
acompañada magníficamente, además, con el piano de Carlos Calvo y el arpa de Alberto Masclans merece mucho la
pena, tanto para los amantes de la ópera como para los del teatro”.
ü (CUANDO
ME ACUERDO)
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Marta Eguilior es la directora de escena, la protagonista estará interpretada por la soprano Paula Mendoza. Carlos Calvo al piano y Alberto Masclans al arpa completan el equipo artístico de la obra. Para la directora “el objetivo de tomar la ópera La voz humana de Poulenc y llevarla a escena nace de la necesidad de permitirme y permitir al público indagar en obras contemporáneas, descubrir textos, autores y compositores, situaciones, así como encuentros humanos y artísticos valiosísimos. Acercar al público `de a pie´ la ópera, trasladar un género que en primera instancia resulta tan elitista a un espacio no convencional para el mundo de la lírica”.
Los grandes retos de esta propuesta son claros: llevar una ópera de gran teatro a un espacio reducido y haber hecho una buena y lírica traducción del texto de Cocteau que encaje de manera tan perfecta con la música de Poulenc. Todo está por ver, pero la cosa promete.
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"La voz humana resulta ser un ejemplo de total integración de escena, música y texto. Cada gesto, cada palabra, cada respuesta de la orquesta, conforman un monólogo que explora el alma de la protagonista. Una calle, una farola, y una cabina de teléfono: La escena queda configurada con estos pocos elementos; los necesarios para trazar la etopeya de una mujer que, durante el transcurso de la ópera, va pasando de la espera, a la esperanza, a la desesperanza y a la desesperación".
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"Se trata de una arriesgada apuesta de Marta Eguilior, directora de escena, que ha sabido acercar con gran inteligencia y sensibilidad una obra contemporánea al público “de a pie”. La Pensión de las Pulgas es un escenario perfecto para ello, debido a que es un lugar en el que el público forma parte del escenario y se integra en la obra, para vivir muy de cerca cada situación, cada sensación de los personajes, cada palabra.
Todos los elementos se complementan de forma muy armónica, la voz de la soprano Paula Mendoza, que expresa todo el desgarro de una mujer abandonada y sin esperanza, el piano y el arpa que acompañan cada palabra y le dan sentimiento y el escenario que recrea la angustia de esa llamada desesperada que parece que se va a cortar a cada instante"
"La verdad es que la directora y versionadora Marta Eguilior ha jugado (y se la ha jugado) fuerte en esta ópera “de cámara”, tanto porque la ha adaptado al íntimo espacio del salón más grande de La Pensión de las Pulgas, en donde apenas caben ahora treinta personas, sacando, además, al único personaje, “ella” del habitual salón de casa a un espacio exterior en donde hay una cabina de teléfono. La otra apuesta es la adaptación al castellano, con los consiguientes problemas de traducir sin traicionar un texto literario del francés de tal forma que no pierda ni su coherencia ni su ajuste a la melodía".
"Como dije un poco antes, el hecho de que Marta Eguilior decidiera sacar al exterior al personaje no resta un ápice de intimidad a la ópera, que está perfectamente acompañada tanto por la elegante escenografía de Alberto Puraenvidia, como por la iluminación de José Martret, que envuelve y realza sutilmente cada uno de los gestos y sentimientos de Paula Mendoza a medida que se va hundiendo más y más en la depresión amorosa".
"La voz humana, compuesta por Francis Poulenc en 1958, tiene el mérito de ser la primera ópera de cámara que se representa en La Pensión de las Pulgas (Huertas, 48). La directora Marta Eguilior ha sido la responsable de adaptar al castellano una ópera que interpreta con maestría la soprano Paula Mendoza".
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